Dabbing: desmintiendo mitos

Se ha puesto de moda un nuevo método de consumo de cannabis llamado Dabbing. Este método es una forma de consumo por vaporización que consiste en inhalar un concentrado alto en THC. El efecto es inmediato y muy intenso. 

Dabbing

A pesar de su gran popularidad, algunos comentan que puede ser peligroso, pero ¿realmente será tan malo? Hablemos de las principales críticas y sus explicaciones:

1. Puede explotar:  los concentrados se realizan de diversas formas. Algunos se hacen utilizando butano, propano u otras sustancias como solvente. Si se hacen de forma segura, y con los instrumentos adecuados, no quedarán restos de estos solventes y no habría posibilidad de que explote. Cuando se hacen los extractos de forma artesanal y sin el conocimiento necesario, puede ser una práctica peligrosa.

2. Te puedes quemar con el soplete: cuando se consume a través de dabbing, se utilizan sopletes para calentar la boquilla donde se coloca el concentrado. Esta critica es simplista, realmente cualquier adulto capaz de encender un fuego para cocinar puede utilizar un soplete de forma segura.

3. Consumes tóxicos: esta afirmación es falsa. En general, a través de dabbing se consumen menos tóxicos que a través de un porro, como comentamos inicialemente es un tipo de vaporización. Sólo en aquellos casos donde los extractos son hechos de forma amateur, sin los instrumentos adecuados, pueden haber tóxicos.

4. Es malo para la salud: los concentrados de cannabis contienen cannabinoides, flavonoides y terpenos, los cuales han demostrado no tener efectos negativo sobre la salud. Como comentamos anteriormente, dependiendo del tipo de extracto, puede contener otros residuos, pero (¡otra vez!) si el extracto está hecho de forma adecuada la cantidad será extremadamente baja.

5. Efecto físico muy potente: dado la alta concentración de THC, el efecto es mucho más potente que un porro. Para quien lo hace por primera vez, es necesario controlar la dosis. Dicho esto, los efectos de sobredosis con dabbing son menos peligrosos que los de la sobredosis de alcohol. Podrás sentir somnolencia, nauseas, ansiedad y en algunos casos, paranoia por un período limitado de tiempo. 

En conclusión, este método de consumo no tiene porqué ser peligroso. Siguiendo ciertas medidas de seguridad podrás disfrutar de esta nueva sensación sin tener la preocupación de estar realizando algo malo para tu salud.

Fuente: www.leafly.com